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martes, enero 30, 2007

Adopcion. Adolescencia. Las madres que somos


Adopción. Adolescencia.


Este artículo lo hemos recogido de la publicación nº 36 de "El periodico de la adopción" (adoptantis@telefonica.net) publicado en Agosto de 2006, donde una madre de las muchas que somos victimas del chantaje emocional que permanentemente nuestros hijos saben hacernos, explica cómo se siente y se pregunta cómo hemos llegado a una situación que en muchas facetas es la contracara de la que vivieron nuestras madres.

Es un artículo que no tiene pérdida, escrito en clave de humor y que nos hace reflexionar sobre nuestras vidas, y la importancia verdadera que tienen las cosas.
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Las madres que somos

Nuestras madres nos hacían el Colacao. Y nos untaban las tostadas con mucha mermelada para que almacenáramos energía. Esa parte era encantadora, pero también es cierto que cuando los platos ya estaban lavados, las camas hechas, el marido y los hijos alimentados, ellas rumiaban su insatisfacción por los rincones, y algo se les iba incrustando en el rictus a medida que envejecían.

Fueron ellas, si mal no recuerdo, las que más énfasis pusieron en que estudiáramos. Tener una carrera era la utopía de aquellas amas de casa atornilladas al televisor y viviendo aventuras delegadas en las actrices que se salían precisamente de madre cuando el flechazo las unía inevitablemente a un pobre, a un rico, a un hombre que no era el indicado. Ellas vivieron la vida indicada, encerradas y abnegadas, pero no nos inculcaron la abnegación, la cualidad que durante siglos fue la virtud por excelencia de la buena mujer.

Las que somos jefas de hogar no tenemos alternativa y nuestros hijos lo saben. No salimos a la calle de la mañana a la noche para cumplir un sueño, ni para tomarnos revancha de nada, ni para realizarnos, como torpemente se describía en el pasado a la coherencia entre pensamiento y acto.

En el mundo masculino, a eso se le llama tener suerte: hacer encajar lo útil con lo agradable, vivir vocacionalmente, disfrutar del trabajo y la familia. En el mundo femenino, la presunta "realización" implicaba hacer de una misma una obra distinta de lo esperable, "realizarse" era incorporar las fantasías a la trama esquiva de la realidad, que sólo nos tenía reservados, en el mejor de los casos, un par de buenos partidos para elegir el que más nos gustara.

Nuestros hijos crecieron con madres apuradas que no memorizan el nombre de la profesora de matemáticas. No les cosimos a mano sus disfraces, no los esperamos a la vuelta del colegio con bizcochos humeantes, ni cumplimos tan rigurosamente como era esperable con el tratamiento odontológico de flúor. Nos ven ir al gimnasio y comprarnos lencería de encaje y de alguna manera vaga pero contundente saben que, además de ser sus madres, somos mujeres ávidas que no quieren perderse su porción de fiesta. Somos deseantes. Y no lo toleran.

Los chicos ahora reclaman un poco de aquella abnegación de la que fuimos tristes testigos.

Nosotras hubiésemos mandado a nuestras propias madres a trabajar, a perderse en el mundo, a desentenderse un rato de nosotras, a gestionar sus ideas y sus sueños, a encariñarse con ellas mismas para evitarles aquel rictus, ese enojo de quien no sabe a quién culpar por su abulia y por la pobreza del paisaje que se ve desde la única ventana disponible.

Los chicos ahora nos tiran de la soga para que volvamos temprano y la cena esté lista, y no haya comida comprada y sí un flan casero, de tanto en tanto. Reclaman presencia, reclaman atención, reclaman calor de hogar y comida casera, acaso para poder evocarnos a través de olores y sabores, y no a través de simples paseos por el centro comercial o llamadas al móvil para que sepan que estamos pendientes de ellos, aunque estemos tironeadas y en plena reunión importantísima.

Y una no sabe cómo fue que los equilibrios se fueron al demonio, y nuestras vidas no sólo son muy diferentes de las de nuestras madres sino, casi podría decirse, su contracara.

Los adolescentes son expertos en reproches, son escultores de reproches, los perfeccionan, los afilan, los elevan a la categoría de manifiestos. Hoy nos están pidiendo que aflojemos el ritmo y les sigamos contando cuentos, como cuando eran chicos. Quieren que estemos disponibles para contarles que mamá los ama, que mamá los mima, aunque su agenda de esta semana esté muy complicada, aunque lleguemos a casa demasiado reventadas como para ayudarlos con las tareas.

Estos chicos son chicos que nunca sintieron sobre sus espaldas el peso de un interés único, aplastante, exclusivo: nos vieron insomnes al lado de sus camas cuando tenían mucha fiebre, pero también nos vieron vestirnos, maquillarnos, darles un beso y avisarles que los llamaríamos cada dos horas, desde el trabajo. Esa angustia finita y filosa que sentimos las madres trabajadoras cuando nos tironean el afuera y el adentro, no les alcanza, no la saben, la ignoran.

¿Cómo tramitarán, en sus propias vidas, estos reproches que nos hacen? ¿Qué harán con lo que dicen que les falta? ¿Buscarán la manera de ser madres pendientes de la hora de la merienda, o llegará el momento en el que comprenderán que la maternidad nos ilumina el camino, pero el camino no termina en ella?

Sandra Russo


Adopcion. La espera Preparacion y valoracion de los solicitantes a adopcion internacional



Adopción. La espera.



Este artículo corresponde a una serie de resúmenes sobre las ponencias que se llevaron a cabo en el Foro internacional sobre la infancia y las familias, que se desarrolló en Barcelona el pasado mes de Octubre de 2006, y que iremos publicando en http://www.hoyelmejordia.com/ en las próximas semanas.



Dentro del foro se trataron muchos aspectos de la adopción desde diferentes puntos de vista (salud, familias, idoneidad, ECAIs, soporte postadopcion, …), y en este caso el resumen hace referencia a la ponencia que se llevó a cabo desde la perspectiva de los equipos de profesionales que la administración encomienda la tarea de valorar la idoneidad de las familias que quieren adoptar.



Es interesante porque nos explica el proceso de idoneidad desde la perspectiva de los profesionales que hay detrás de estas entidades, cuyo objetivo primordial es preservar el futuro bienestar del niño, asegurándose que la familia que desea adoptar esté bien preparada, ayudándola a comprender la adopción como una filiación diferente a la biológica, y a introducirla en este maravilloso mundo.



Siempre he creído que la labor de estas personas es muy importante, ya que además de valorar la idoneidad, son en muchos casos el primer contacto con la realidad del niño adoptado que viven muchas familias de futuros adoptantes, y su experiencia ayuda a muchísimas parejas a comprender y reafirmar su decisión de adoptar.



Nunca los he visto como evaluadores, que también lo son, sino más bien como expertos preparadores dispuestos a acercar a todos nosotros la realidad adoptiva.



Siempre he pensado que este tipo de experiencia profesional y soporte, deberíamos poderlo también disfrutar una vez tenemos a nuestros hijos en casa y crecemos con ellos y crecen también los problemas de identidad, vínculo o autoestima por poner algunos ejemplos.



Se aprende muchísimo en el proceso de idoneidad, y es un momento excelente para impregnarse de todo lo que es esta cosa tan maravillosa que es adoptar a tu hijo.



Otros artículos relacionados:


Seleccion de postulantes a padres adoptivos
El derecho de todo niño a tener una familia







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PREPARACIÓN Y VALORACIÓN DE LOS SOLICITANTES DE ADOPCIÓN INTERNACIONAL:



ELEMENTOS CLAVE DE IDONEIDAD





Berta Boadas. ICIFs de Catalunya. Barcelona. Bertabm@blanquerna.url.edu





La decisión de adoptar un niño/a en un país extranjero por parte de una familia es el resultado de un proceso de reflexión personal compartido o no con un entorno familiar y social cercano. Partiendo de esta evidencia entendemos que lo que nosotros nombramos inicio del proceso de adopción comenzó de modo tan diverso y heterogéneo como lo son los solicitantes de adopción y sus circunstancias con la intervención de una serie de factores que cristalizan en la presentación documentada de la solicitud ante la administración competente. Es ese el momento a partir del cual se inicia el contacto con unos equipos de profesionales expertos a los que la Administración encomienda la tarea de valorar si aquella unidad familiar es idónea para la adopción, en este caso internacional.





La preparación previa a la solicitud puede haber adquirido diversas formas en función de los recursos que la propia familia haya articulado: información previa, asistencia a conferencias, contacto con familias adoptivas i/o con asociaciones de padres, lectura de bibliografía, trabajo de asesoramiento o terapia personalizada,… Ello, y la propia motivación y trayectoria vital, sitúan a cada familia de modo diferente ante ese inicio del proceso legalmente reglamentado y que genera expectativas, ansiedades y temores hacia los profesionales para ellos desconocidos que deberan valorar su idoneidad o no para la adopción.





En el caso de Catalunya, las ICIF (Instituciones Colaboradoras de Integración Familiar) integradas por equipos formados por profesionales de la psicología, el trabajo social y la pedagogía, somos las encargadas de llevar a cabo un doble proceso de preparación y estudio-valoración que de forma integrada, continua y coherente nos permitirá acompañar a las familias en esta fase hasta emitir la propuesta de idoneidad o no idoneidad ante la administración. La formación pre-adoptiva debe permitir, entre otros objetivos, un acercamiento realista y ajustado a las variables que configuran la adopción como forma de filiación diferente a la biológica y a las especificidades de los niños/as susceptibles de ser adoptados. Es también un espacio para enfatizar en el hecho de que la adopción es una medida de protección al menor y en la prioridad que ello significa para las administraciones a la hora de emitir la certificación de idoneidad.





La declaración de idoneidad de cada familia se sustenta en la valoración de diversas áreas agrupadas en: circunstancias personales de los solicitantes, historia familiar, personal y de la pareja si es el caso, características de personalidad, motivación para la adopción, entorno familiar y social que favorezca la integración del menor, situación socio-económica y laboral, aptitudes educadoras y aceptación de las características y circunstancias del menor. En el caso de la adopción internacional debemos añadir la comprensión de lo que la diferencia racial supone en la construcción de la propia identidad del niño/a en su nuevo entorno.





Durante el proceso de valoración se trabaja con las familias ofreciéndoles nuevas informaciones entorno a lo que supone la paternidad/maternidad adoptiva, facilitando elementos de reflexión que quizás no habían considerado tanto en lo que se refiere al sentido del proyecto adoptivo como a su viabilidad, redimensionando los recursos que poseen y orientándolos en sus limitaciones. Todo ello se deriva de que los profesionales debamos reconocer en la familia tanto sus potencialidades y fortalezas para asumir la paternidad/maternidad de un hijo adoptivo y facilitar su anclaje en una nueva existencia, como identificar los posibles riesgos que entrañaría la llegada de un niño/a a un hogar en el que no pudiera sentirse protegido, querido o deseado como hijo/a. Nos situamos por tanto ante la consideración de que el proceso de estudio y valoración se traduce en un trabajo de prevención, que las familias no comprenden del mismo modo pero que se asume con responsabilidad profesional.





El crecimiento de solicitudes de adopción y niños/as adoptados experimentado en Catalunya en los últimos años es evidente y se ha repetido ya en otras exposiciones del forum. Desde nuestra perspectiva constatamos en el trabajo diario que, la transparencia de la adopción tanto desde el punto de vista estético como desde una ética de solidaridad se ha trasladado a casi todos los espacios de la sociedad y de los medios de comunicación. Ello constituye una de las causas por las que se estimula la confianza que las familias tienen en que, su proyecto adoptivo no podrá ser desestimado entre otras razones porque cuantitativamente otras familias de características similares, en apariencia, han podido obtener la certificación de idoneidad. Las coordenadas de cada situación y la oportunidad del proyecto adoptivo deben ser consideradas de forma personalizada y los profesionales debemos transmitir a los solicitantes ese trato diferenciado y los criterios en los que el equipo técnico fundamenta su valoración. La trascendencia que para las familias tiene el resultado del estudio no debe hacernos olvidar el interés superior del menor en el que se basan nuestras actuaciones. El respeto al valor personal de los solicitantes se transmite aún habiendo concluido la no idoneidad para la adopción. Ello no evita el dolor, el disgusto y la rabia que puede producir y que será necesario elaborar con el tiempo o paliar recurriendo a dicha decisión.





El contexto actual en el que el deseo individual y una falsa concepción de tolerancia y respeto a las decisiones del otro rigen un gran número de nuestros actos planea también sobre la aceptación de la opinión y consejo de los profesionales. El reconocimiento a su saber y experiencia no siempre se pueden traducir en la aceptación de sus propuestas contrarias a considerar la adopción un proyecto idóneo para esa familia en ese momento de su historia. Argumentos como la asimilación de la adopción con la creciente inmigración minimizan y reducen la capacidad para comprender que el vínculo que ellos como padres/madres deberán establecer con su hijo/a en el inicio de una historia en común antes inexistente, no debe fundamentarse únicamente en la integración social en un entorno de diversidad; o la confianza en los recursos que como padres biológicos ya han adquirido y que se evidencia en la mayoría de familias con hijos que desean adoptar un niño/a en otro país con el deseo de incorporarlo al grupo de hermanos con la mayor equidad posible. En estos razonamientos a modo de ejemplo nos basamos para considerar la necesidad de la ya iniciada creciente colaboración entre las diferentes instituciones que trabajamos en el contexto de la adopción internacional, ICIF, ECAI y Asociaciones de Padres. El trabajo en equipo entre todos estos agentes deberá permitirnos crear una sólida cultura de la adopción en la que podamos continuar ejerciendo con responsabilidad la apasionante tarea de encontrar el mejor hogar para ese niño/a en el que "padres e hijos puedan poner en marcha dinámicas de buen trato y cuidado mutuo estrechando lazos familiares, afectivos y sociales libres de falsas solidaridades" (Barudy y Dantagnan 2005)







BIBLIOGRAFIA





Angulo, J. ;Reguilon, J.A.(2004). Hijos del corazón. Guía útil para padres adoptivos. Madrid: Temas de Hoy.





Barudy, J.; Dantagnan, M. (2005). Los buenos tratos a la infancia. Parentalidad, apego y resiliencia. Barcelona: Gedisa





Brodzinsky, D; Schechter, M; Henil, R.M (2002) Soy adoptado. La vivencia de la adopción a lo largo de la vida. Barcelona: Random House Mondadori.





Marre, D; Bestard, J(2004) La adopción y el acogimiento familiar:Presente y perspectivas. Barcelona: Departamento de Antropología Cultural. Universidad de Barcelona.





Mirabent, V.; Ricart, E. (comp.) ( 2005) Adopción y vínculo familiar. Crianza, escolaridad y adolescencia en la adopción internacional. Barcelona: Paidós





Polaina, A.; Sobrino, A.; Rodríguez, A.(Eds) (2001) Adopción. Aspectos psicopedagógicos y marco jurídico. Barcelona: Ariel



viernes, enero 19, 2007

Adopcion. El mundo interno del niño adoptado


Adopcion. La Espera. Adaptacion. Postadopcion.


Este artículo, por cierto, excelente artículo donde nos hace una serie de reflexiones sobre los sentimientos de nuestros hijos adoptados, está extraído de El periodicón de Mayo de 2004, una publicacion que se envia mensualmente y que podéis subscribiros los que no lo hayais hecho a través de adoptantis@telefonica.net



En este caso, el artículo está escrito por un psicólogo especialista en los efectos que la adopcion y el divorcio producen en los niños.



Nos explica la importancia que para nuestros hijos tiene el que seamos conscientes de sus sentimientos y sepamos comprender y estar a la altura de los conflictos que pueden generar.



El niño adoptado ha sufrido pérdidas que le han demostrado que no a veces no tiene el control y ésto le produce inseguridad, y el autor nos explica como esta inseguridad puede crear en nuestros hijos episodios de rebeldía y rabia con los que le rodean , lo que en muchos casos se interpreta como un caracter dificil, y no como una manera de expresar sus sentimientos de frustración.



Nos explica también que nuestros hijos, en muchos casos, nacieron de padres biológicos con conductas impulsivas (abusos de drogas, alcohol, ...) y ésto es una de las razones que explican sus conductas hiperactivas o transtornos de atención.



Finalmente nos anima a que escuchemos a nuestros hijos con el corazón ya que así podremos "entender mejor cómo cada uno intenta dar sentido a su vida, una vida qu le ha exigido renunciar a una identidad para asumir otra", una interesante reflexión.



Algunos artículo que pueden estar relacionados :


Claves de éxito en la adopción


El éxito depende en gran parte de nosotros


Efectos reparatorios del apego


Lo que debemos saber los padres antes de adoptar

La adaptación a la escuela y otros asuntos de interés



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A fondo: el mundo interno del niño adoptado


Preparando una conferencia para futuros padres adoptivos me he puesto a revisar las historias de algunos de mis pacientes. Como psicólogo especializado en los efectos que la adopción y el divorcio producen en los niños, suelo mantener una primera entrevista con los padres, antes de conocer al niño.



Diez años de experiencia me han llevado a descubrir algunas similitudes en los comentarios de los padres:


􀁺 algunas veces nos miramos el uno al otro y nos preguntamos ¿en qué nos hemos metido?


􀁺 sabíamos que este niño sería diferente a nosotros, pero muchas veces parece que no lo


conocemos en absoluto.


􀁺 estamos en un callejón que parece sin salida: o nuestro matrimonio o este niño, pero no


ambos.


􀁺 todos los días nos debatimos entre "devolverlo" o no.


􀁺 he perdido el control de mi casa y de mi vida por este chico.


􀁺 nada de lo que hago o intento parece suficiente para ayudarlo.


􀁺 no sabemos cuanto tiempo más podremos seguir comprometidos con este niño.



Estos comentarios han sido realizados en el contexto de una consulta profesional. Sea cual sea la motivación que los ha llevado a adoptar, muchos padres expresan que la adopción de sus niños es un evento que ha cambiado sus vidas, con numerosas recompensas.



Lo que muchas veces no tomamos en consideración - sobre todo aquellos que se encargan de la preparación de los padres en las agencias - son las diferentes maneras en que los niños adoptados se muestran, con una variedad de características psicológicas que difieren enormemente de los otros niños.



Lamentablemente, muchos padres se embarcan en la tarea de criar un niño adoptado sin preparación suficiente para comprenderlo o lidiar con las manifestaciones de conducta de un niño que, muy a menudo, se siente como un niño de usar y tirar.



Actualmente, el 1% de los niños de Estados Unidos son adoptados, y el 29% de ellos ha venido de otro país.



No todos los niños que han sido adoptados presentan disturbios emocionales o en sus conductas. Algunos niños tienen más capacidad para adaptarse que otros y asimilan la realidad de su adopción sin dificultad.



Cuando revisamos las variables que potencialmente pueden afectar la vida de un adoptado es fácil comprobar por qué criar un niño adoptado puede terminar exigiendo mayor esfuerzo que el que los padres puedan haber imaginado o estuvieran preparados para asumir.



Muchos factores influyen en el desarrollo infantil. La genética tiene su importancia en el crecimiento, el aprendizaje, la conducta y la personalidad. En general los padres adoptivos reciben poca o ninguna información sobre los antecedentes genéticos de sus hijos.



Sabemos que muchos de estos niños nacieron de padres con historias de conductas impulsivas.



Sea por la edad, el abuso de sustancias tóxicas, o los disturbios psiquiátricos, estos padres biológicos han hecho un niño al que no podrán cuidar. Esta es una de las razones por las que los trastornos de la atención y la hiperkinesia (hiperactividad) son tan frecuentes en los niños adoptados.



La otra realidad que afecta a los niños adoptados es que muchos de ellos han visto su vida desorganizada en las primeras fases de sus vidas. Pensemos que algunos niños llevan el sello de la adopción aún antes de su nacimiento, aunque la mayoría ha vivido algún tiempo con su familia biológica o familia de acogida. Los niños, sean conscientes o no, tienen memoria de cualquier abuso, abandono, caos o trauma que hayan sufrido antes de su adopción.



Los niños nacen débiles y dependientes, recién a los dos años de vida comienzan el camino hacia la independencia. Y cada niño tiene su propio tiempo para esta separación. Necesitan que se les brinde la posibilidad de probar y explorar el mundo exterior por sus propios medios,


con la posibilidad de regresar a la seguridad de mamá y papá cuando las cosas se ponen difíciles.



Si este proceso se ve interrumpido por el divorcio o la adopción, entre los dos y cuatro años de edad, el niño aprende que no es seguro independizarse (porque la gente se marcha o te abandona), y muchas veces pierden la confianza en los otros. Son los niños que generalmente


crecen sientiendo ansiedad, resentimiento y rabia.



Otro factor del desarrollo que afecta a los niños adoptados es la cognición. Los niños menores de siete años son muy concretos en su pensamiento. No pueden conceptualizar la relación causa-efecto, y aunque muchos niños conocen de su adopción desde temprana edad,


y pueden contar la historia de su adopción, no es hasta los 7-8 años en que pueden descifrar el significado de la misma.



Cuando la relación causa-efecto se establece, los niños pueden empezar a comprender, en diferentes niveles, que fueron abandonados, entregados. Esta es una de las razones que hace que los trastornos de conducta no se manifiesten hasta el segundo o tercer curso escolar.



Finalmente, es importante no perder de vista que el mundo interno de los niños adoptados está poblado de fantasmas. Hayan conocido o no a su familia biológica, los niños inevitablemente poseen imágenes -reales o imaginarias-de su familia biológica.



En muchos aspectos, estos fantasmas dominan la vida de los adoptados apelando a la lealtad y el reconocimiento. Muchas veces los niños adoptados sienten que deben mantener en secreto estos fantasmas, no vaya a resultar que la familia adoptiva se sienta traicionada por su presencia.



Aunque la familia adoptiva sea de la opinión que los biológicos han renegado a su chance de criar al niño, y por tanto deben estar siempre fuera de esta película, el niño aún mantiene la esperanza de recuperar los vínculos con esas personas.



Cuando me consultan padres adoptivos siempre les digo que no pueden criar a sus hijo del mismo modo en que lo hacen los padre biológicos.



Les suelo sugerir que piensen que son unos "padres terapéuticos", para quienes cada interacción con el niño, y sus resultados, es deliberada y meditada. Cuando un padre castiga a su hijo biológico, el niño rara vez creerá que la consecuencia última será el abandono de sus padres. En la mente de un niño adoptado, los padres abandonan. Los niños muchas veces creen que un nuevo abandono es sólo cuestión de tiempo. Si un padre no puede reconocer esta diferencia, pierde una viviencia de vital importancia para el niño adoptado.



Como cada hombre o mujer que haya sido abandonado por su cónyuge puede contarnos, ser abandonado por otra persona no nos hace sentir bien, nos hace perder el control de nuestras vidas. El control es uno de los aspectos importantes de los niños adoptados. Muchos sienten que no tienen el control de sus vidas y esto les lleva a hacer cualquier cosa para recuperarlo.


He atendido a muchos niños adoptados que estaban tan convencidos de que serían abandonados nuevamente que se enfrentaban brutal y conscientemente a los miembros de su nueva familia. Su creencia era "sí, seré abandonado, pero al menos esta vez lo controlaré yo, causándolo".



Los niños adoptados son hipervigilantes. Su supervivencia depende de ello. Por esta razón invierten un gran esfuerzo en anticipar las acciones de los otros. Esto hace difícil la relación para los padres, particularmente para aquellos que tienen otras preocupaciones o se encuentran luchando aún contra situaciones personales no resueltas. Despacio, los niños van descubriendo todos sus puntos vulnerables y sus debilidades. Cuando los niños se sienten atemorizados o fuera de control, saben cómo "pillar" a su mamá o papá.



Generalmente ya es tarde cuando los padres descubren la forma en que los niños controlan muchos aspectos de la vida familiar. sólo utilizando conductas manipulativas son capaces de crear un buen día o uno terrible.



Tal vez uno de los mayores errores que cometen los padres adoptivos -uno en los que la preparación suele fallar- es el papel que el enfado, la rabia, suelen tener en la vida de los adoptados.



Muchos padres erróneamente creen que el cariño y un hogar estable son suficientes para un niño adoptado; que un buen entorno familiar mejorará todas las pérdidas y traumas del pasado.



Para los niños adoptados el amor no es suficiente. Han sufrido una gran pérdida y generalmente no encuentran a su alrededor alguien que de validez a esta pérdida . A cambio muchos reciben el mensaje de que deben renegar de sus recuerdos y ser agradecidos.



Aquellos de nosotros que no hemos sido adoptados no podemos comprender realmente el significado de haber sido dado. A medida que trabajo con los padres adoptivos para que puedan escuchar a sus hijos, este aspecto resulta cada vez más primordial.



Desde la perspectiva adulta, el niño fue retirado de un entorno inseguro y esto debe sentirse como algo bueno. Desde el punto de vista de los niños, algo muy valioso se ha perdido: su casa, su identidad, su familia.



Los niños tienen facilidad para comunicar sus sentimientos. Por extraño que parezca, los adultos constantemente nos perdemos estos mensajes. Para los niños adoptados, el enfado es la forma de comunicar sus sentimientos de pérdida, dolor, miedo y temor.



Desafortunadamente, este mensaje suele ser mal interpretado y el niño es etiquetado como desafiante.



Podría afirmar que la mayoría de los niños adoptados en edad escolar que he atendido fueron diagnosticados de trastornos de la atención con hiperactividad y fueron medicados.Esto refleja la escasa comprensión de la conducta de los niños adoptados. Estos niños generalmente no presentan este tipo de trastornos. Están enfadados y temerosos. Es difícil prestar atención, permanecer sentados y compartir con los otros cuando tu mundo está lleno de pérdidas.



Con estas reflexiones no trato de disuadir a los adultos para que dejen de adoptar, ni insinúo que cada niño adoptado irremediablemente presentará trastornos de conducta o emocionales.Lo que trato de señalar es que las necesidades e inquietudes de los niños adoptados son específicas.



Cuando verdaderamente escuchamos a los niños adoptados, podemos entender mejor cómo cada uno intenta dar sentido a su vida, una vida que le ha exigido renunciar a una identidad para asumir otra.



Sólo tomando en cuenta el mundo interno de los niños adoptados podremos comprender cuán confuso puede resultar para ellos vivir en un mundo lleno de fantasmas, padres sustitutos y pérdidas.



Christopher J. Alexander


Psicólogo infantil



jueves, enero 11, 2007

Adopcion. Postadopcion. Estrés infantil, síntomas y tratamiento


Este artículo lo hemos recogido del blog Sendabide , un espacio dedicado a la adopción y a la educación de los niños en general, de donde hemos extraído ya algún artículo en este blog.

Nos habla de los niños que padecen estrés, es decir tal como comenta en el artículo , "que no saben dar una respuesta adecuada a las exigencias cotidianas"

No comenta también que hay diferentes motivos que generan situaciones de estrés; algunos de tipo externo como exámenes, exceso de trabajo, cambios en su vida, ...o de tipo interno : falta de autoestima, ...

Nos dice cuáles son los síntomas más habituales que nos pueden ayudar a reconocer el estrés : síntomas físicos (dolor de cabeza, dolor abdominal, irritabilidad, ..) y síntomas emocionales (miedo, rabia, llanto, preocupaciones, ..) y los transtornos típicos de un niño que padece estrés, que van desde el aislamiento que le produce el evitar las relaciones con personas ajenas a su entorno más familiar, hasta la ansiedad de separarse de sus padres durante un corto periodo (irse de excursion, salida de un fin de semana, ...) por poner dos ejemplos.

Finalmente nos da algunos consejos para corregir el estrés una vez está diagnosticado, pues su prevención no es posible, y de los que podríamos destacar : colaborar toda la familia con una actitud positiva, escuchar al niño para que pueda expresar sus sentimientos, ayudándole a construir sentimientos de autoestima, alentándole a hacer ejercicio o ayudándole a relacionarse con otros niños.

En definitiva, es un artículo útil, porque nos puede ayudar a reconocer situaciones de estrés y corregirlas, pero sobretodo nos puede ayudar a reflexionar sobre el nivel de exigencia que a veces les pedimos a nuestros hijos, para evitar situaciones de abuso, que al final pueden acabar pasando factura.

Otros artículos de este blog que nos hablan de situaciones de estres :

Circuitos sobrecargados

Transtornos en el sueño y la comida

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Estrés infantil, síntomas y tratamiento

La imposibilidad de dar una respuesta adecuada a las exigencias cotidianas provoca en los niños una ansiedad desmesurada.

La razón es que en esta etapa de la vida este mal puede estar producido por cualquier situación que requiera una nueva adaptación o cambio, situaciones que a menudo causan ansiedad.

Estresores:

  • Los exámenes,
  • una agenda escolar repleta de actividades, deberes
  • una agenda extraescolar agobiante
  • la relación problemática con los compañeros
  • el miedo a los exámenes y al suspenso
  • problemas de adaptación
  • pocos momentos de juego o recreo
  • problemas familiares
  • problemas de conducta
  • conocer nuevos amigos

Todo esto puede provocar un exceso de ansiedad en los niños que les produce desde:

  • dolor de cabeza o
  • abdominal hasta
  • un cambio de carácter o hábitos.

Un mal que, aunque no tiene posibilidad de prevención, puede llegar a controlarse con la ayuda de padres, maestros y especialistas.

El estrés infantil puede definirse como la falta de respuesta adecuada a las exigencias de la vida diaria.

El estrés está vinculado a cambios negativos, como el que puede producir la separación de los padres, la muerte de seres queridos, o alguna situación traumática”.

Las causas que provocan el estrés en la infancia son muchas y variadas, desde la separación o divorcio de los padres, la muerte de algún familiar o las actividades extraescolares, si son demasiadas.

Para los niños, “incluso situaciones que exigen cambios pequeños, como conocer nuevos amigos, pueden tener un enorme impacto en sus sentimientos de seguridad.

Aunque cierto nivel de estrés es útil – ya que sirve de motivación para afrontar los retos vitales- el exceso de ansiedad puede interferir de un modo excesivo en la vida, las actividades cotidianas e incluso la salud de quien lo padece.

La capacidad de respuesta ante una situación que provoca ansiedad depende, en gran medida, de la experiencia previa y de la educación recibida, que permiten a la mayoría de las personas responder de forma apropiada cuando las circunstancias lo exigen.

Pero no siempre se produce esta respuesta y es ese momento cuando aparece el estrés, que en la infancia se torna aún más grave que en los adultos.

En muchos pequeños aparecen dolores de cabeza, dolor abdominal, depresión, lloros por cualquier cosa, e incluso, irritabilidad. Su conducta en clase también cambiará, así como su rendimiento, que será más lento.

Los principales síntomas de estrés infantil pueden resumirse en los siguientes:
Síntomas físicos
:

  • dolor de cabeza,
  • molestia estomacal,
  • problemas para dormir, pesadillas,
  • una mayor tendencia a mojar la cama
  • o una clara disminución de apetito .

Síntomas emocionales :

  • Ansiedad,
  • preocupaciones,
  • incapacidad de relajarse,
  • miedo a la oscuridad,
  • a estar solo o a la muerte;
  • aferrarse al adulto,
  • rabia,
  • llanto o gimoteo,
  • incapacidad para controlar sus emociones,
    comportamiento agresivo,
  • regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo,
    o ser reacio a participar en actividades familiares o escolares.(aislarse)

Los trastornos de ansiedad iniciados en la infancia o adolescencia . Los más importantes, como señalan ambas psicólogas, son:

Trastorno de evitación : El niño evita de manera excesiva el contacto con personas desconocidas, lo que interfiere en sus relaciones sociales. Se acompaña de una intensificación del contacto con personas conocidas (familia y amigos íntimos). Son niños inseguros, tímidos, y poco asertivos (no dicen lo que realmente piensan o sienten).

Trastorno por ansiedad excesiva : Es una preocupación injustificada provocada temor anticipatorio. Ocurre, por ejemplo, cuando el niño se preocupa angustiosamente por exámenes futuros, visitas al médico, cumplir con sus obligaciones, tener accidentes… Pueden aparecer trastornos del sueño y sensación de inquietud o tensión. Normalmente este trastorno se asocia a fobias específicas (fobia escolar, fobia social...)

Trastorno adaptativo : Es la dificultad de adaptarse a nuevas situaciones y suele llevar aparejado cambios de comportamiento. El niño cambia su pauta de actuación al producirse un cambio externo como la separación de los padres, un cambio de colegio, el traslado a un barrio diferente o incluso el cambio de actividad laboral de uno de los padres.

Trastorno por estrés postraumático : Es un trastorno debilitante que suele presentarse tras haber vivido un suceso aterrador, que hace que la persona tenga pensamientos y recuerdos persistentes y aterradores de la experiencia. En los niños generalmente se transforma en un trastorno crónico.

Trastorno de ansiedad de separación : El que siente el niño al separarse de una persona a la que está vinculado. Suele aparecer cuando el niño debe desplazarse (ir a una excursión, a jugar a casa de un amigo o al colegio), o cuando son los padres quienes se desplazan. El trastorno incluye ideas angustiosas, la sensación de que ocurrirá algo que impedirá volver a ver a los seres queridos.

¿Es posible prevenir la aparición de este trastorno en los niños?

El mejor modo de evitar su aparición es dar al niño una vida afectiva equilibrada . Además, es importante:

  • que el niño tenga amigos
  • y juegue,
  • que se relacione
  • y no pase el día ocupado en actividades extraescolares.


la prevención es difícil, e incluso existen muchos niños que presentan la sintomatología de estrés y no están diagnosticados ni tratados.


Lo habitual –incide la experta- es recurrir al psicólogo cuando ya hay un trastorno claro que produce problemas:

  • al niño, y la familia
  • y el entorno escolar.

Además, aclara que existen pruebas de diagnóstico de estrés infantil, aunque suelen realizarse cuando ya se sospecha su existencia, no de manera preventiva.

Una vez diagnosticado, ¿qué puede hacerse? Se proponen que el problema no sólo lo aborden el psicólogo y el niño, sino que participe toda la familia, ya que cuando las dificultades se presentan en la niñez “es necesario contar con los padres, tanto para entender lo que está viviendo y sufriendo su hijo, como para que puedan formar parte de la solución”.

La terapia de familia se combina con terapia individual con el niño o niña, en la que se da consejos a los padres de como tratar al hijo, de qué exigirle.

Asimismo, el psicólogo debe valorar el tipo de ansiedad y el grado de depresión que tiene el menor para poder actuar sobre los síntomas con diversas técnicas , que en este caso suelen ser:

TECNICAS USADAS POR EL PSICOLOGO PARA EL CONTROL DEL ESTRÉS
Relajación y Respiración

Autoinstrucciones
Es necesario llegar a la causa del estrés y evaluar de qué modo interpreta el niño los problemas para poder darle soluciones.

Trabajo de autoestima, que el niño se valore él mismo, lo que hace y sus relaciones.

Aumentando el refuerzo positivo, aquello que lo hace disfrutar de su entorno

El estrés infantil tiene solución y, tras el paso de los niños y de la familia por la consulta de un especialista, la evolución suele ser muy buena, y en pocas sesiones se consigue eliminar los síntomas y manejar las técnicas para prevenir el estrés.

¿ Cómo deben actuar los padres? ¿Y los niños ?

Los padres pueden ayudar a sus hijos a controlar el estrés de la siguiente manera :
Dando al niño un hogar seguro y pasando tiempo con él, ratos tranquilos y relajados.

Alentando al niño a hacer preguntas, así como a expresar sus inquietudes, preocupaciones y miedos.

Escuchando al niño sin criticarlo.

Construyendo los sentimientos de autoestima del menor, utilizando estímulos y afecto, y tratando de que se involucre en situaciones en las que pueda tener éxito.
Dialogando y conociendo qué situaciones estresan a su hijo.
Reconociendo los signos de estrés no resuelto en el niño
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Manteniendo al niño informado de los cambios que se van a producir en la familia, ya sean la llegada de otro hermano, un cambio de trabajo o un traslado de lugar de residencia.

Alentando al niño a hacer ejercicio.

Buscando ayuda o asesoramiento profesional cuando los signos no disminuyan ni desaparezcan normalmente.

Un niño puede controlar su estrés siguiendo estas pautas:

Hablando de sus problemas con sus padres, pero si no es posible, con alguien en quien pueda confiar.

Relajándose: Escuchando música suave, dándose un baño con agua caliente, cerrando los ojos y respirando profunda y lentamente. También puede tomarse un tiempo para estar solo.

Además, puede dedicar tiempo a disfrutar de su actividad favorita: leer, pintar… juegos
Aumentar las actividades reforzantes: cosas que le gusta hacer.

Haciendo deporte

Fijándose expectativas realistas: realizar sus actividades lo mejor que pueda y recordar que nadie es perfecto y que no es posible hacerlo todo bien.

Aprendiendo a quererse y a respetarse a sí mismo Aumentar su autoestima) y respetar a los demás.

Teniendo una vida social y habilidades sociales con otros niños

Aprender a reestructurar sus pensamientos y acciones de una forma racional.

Aprender a controlar los síntomas, cuando empiezan.

Ver en el medio escolar un lugar donde relacionarse, aprender, crecer y compartir.

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